A veces cuando todo pasa tan deprisa el tiempo se detiene para algunos y vemos pasar al resto como fantasmas. Fantasmas de una opera en la cual somos protagonistas sin ser consultados y en la que además se olvidaron de darnos el libreto.
Por suerte supimos, como siempre, ver el lado bueno y la improvisacion es lo que nos da la vida en esta época donde la rutina y la monotonía son las claves para tenernos a tiro.
27/01/09
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