miércoles, 27 de febrero de 2013

Volver a la tinta, volver al papel



Sin rencor ni remordimiento empiezo otra vez desde cero para que conste en acta. 
Mis pensamientos no son tan seguidos ni mi volcán está en erupción. 
Las palabras ya no las mide la mano y se cuida un poco más en lo que escribe. 
Se acabó la acometida de palabras deseosas de expresarse y ya solo quedan restos de lo que pudo ser y no se dio. 
El momento es tan efímero que lo vi pasar con mis propios ojos pero no pude parar a saludarlo. 
Y así, aquí me ves, intentando redescubrirlo y perdiendo la batalla. 

Federico González
13/08/2011

viernes, 1 de febrero de 2013

Radical…De manzana, por favor



Ya pasaron casi 28 años desde que pateo estos mundos tan diferentes pero tan similares. Me dio tiempo a ver muchas cosas, pero se que me quedan por ver muchas más, o al menos espero verlas y que nada trágico se cruce en mi camino. Como soy un poco raro pero a la vez tan típico, me dio tiempo de aprender de todo. Y aprendí rápido. Aprendí rápido porque supe enseguida que no siempre estaba en lo cierto, que las cosas eran relativas y que, a pesar de mi relativismo repentino, hasta lo relativo es relativo…if you know what I mean…pero todo esto, a la vez,  sumado a que soy tan “cabezón” por fuera, como “profundo” por dentro. Los diálogos me llegan, y aunque esté totalmente en desacuerdo con alguien en el momento de una cálida discusión, no significa que no me vaya a dormir con la idea de una nueva interrogante en mi cabeza.
A todo esto descubrí, no como algo notorio o destacable, sino como algo insatisfactorio y a veces deprimente, que en la vida “rosa” que nos gusta vivir, hay que adoptar una actitud radical en un momento determinado, si queremos destacar. Para sobresalir no valen las medias aguas… una historia cotidiana en el thriller del lunes por la noche solo le llama la atención a aquellos que destacan… y resulta que ellos son el público reducido. Y no digo que esté mal, es lo lógico como especie humana, el inconformismo, lo cotidiano nos aburre, incluso al radical le aburre su radicalismo, porque para él, es cotidiano.
El problema está cuando analizamos esa tendencia, en este ejemplo cinematográfica, en la vida real. Los polos siempre estarán lejanos, y es más difícil adoptar una postura mediadora entre dos opuestos, mientras que el medio, está flexible, sino al cambio, a la empatía.
El gran problema está en la generalización del punto medio como la apatía y no como la empatía, debido a que la gran mayoría siente en primera instancia apatía, seguida del radicalismo y con suerte si en algún momento se cruza con alguna oposición de confianza, la empatía.
El problema es que la empatía llega a lo último del proceso y que te vuelve al punto medio, donde la apatía también esta rondando con destellos egocéntricos, pero te vuelve con una visión un poco más justa de la realidad.
El problema es que te vuelve a ese punto invisible, donde los No radicales pasan desapercibidos.
El problema es que no quiero pasar desapercibido aunque el punto medio en el que me encuentro no me deje muchas alternativas.
El problema es que no quiero ser otro punto más en la línea de la historia.

Entonces me pregunto…¿Cómo puedo hacer para romper con la cotidianeidad sin radicalismo?

Y me sigo preguntando…