jueves, 20 de octubre de 2011

LA NORIA


Tenemos suerte de "ser dignos" de aprovechar el tiempo, el tiempo que nos sobra claro. El resto del tiempo lo usamos para girar en la noria del sistema, que no siendo programado de antemano, funciona a la perfección para los susodichos claro. 
¿Porque digo que no es programado? 
Pues, porque no creo directamente que sean capaces de influir en todo el "borregismo" que nos rodea. En cambio si los veo capaces de alimentar a los borregos con aquello que saben que les gusta. Saben que les gusta porque se educa para que eso nos guste, entonces, ¿donde está el fallo realmente?
Si señor, en cada casa. Hay que dejar de mirar la paja en el jo ajeno y centrarse en la viga del propio. Hay que alimentar a las generaciones futuras, que son lamentablemente las encargadas de levantar y limpiar la mierda que le dejamos, con la preocupación y la búsqueda de conocimiento y no en cambio con despreocupación y el entretenimiento ya que éste luego vendrá solo, porque en la vida hay que hacer de todo un poco y no todo de un poco. Incluso es más gratificante si algún día es esa misma preocupación nuestro mayor entretenimiento.
Por eso hoy, como siempre, 
Veto al Football, y lo veo, y conozco de él, y sé, pero no me aborrego con él.
Veto a las Consolas, y la juego y sé que hay juegos que agiliza la mente y los reflejos, pero siempre es más lindo un partido carne y hueso, que hombre, también lo hace y encima te enseña a trabajar en equipo.
Veto al Corazón, y no al corazón que puede ser el amor, no ese también te deja estúpido, pero por lo menos gratifica ya que es lo más grande que se haya conocido, veto al cotilleo, pero sobre todo a ese del que sale en la tele, que le llaman salsa rosa y que solo habla de gente que no tiene otra vida más que de que hablen de ellos. Y no hablo más porque este si que lo veto de verdad, aunque es el más viejo, porque cotillas siempre habrá, el de los medios masivos es el que más me entristece. 
Veto la religión, y no a todo lo que es la religión en sí (hay cosas que se salvan), sino a aquella que habiendo sido y siendo aún, no solamente dogmática sino también autoritaria quiera hoy por hoy camuflarse entre las nuevas corrientes pensantes.
Veto, por supuesto el veto más grande, a la hipocresía de la política, y no a la política cuando es pensada por los ciudadanos para el bien de todos, sino aquella que predicando el bien hacen el mal que predican que no se puede hacer aferrándose invisiblemente al lema de Montesquieu donde el fin justifica los medios. 

En fin, veto muchas más cosas porque sé que el mundo no va bien y sé también que podría ir mejor. Hoy por hoy occidente no se puede quejar y precisamente por eso, somos nosotros los que debemos hacerlo, porque los que se pueden deben quejar no tienen voz ni voto, ni agua ni comida, ni medicamentos ni esperanza. Entonces somos nosotros, los que vivimos a costa de ellos sin quejarnos porque es a nosotros a quien nos va bien, lo que precisamente tenemos que hacerlo, ser su voz y su voto. Olvidarnos de una vez por todas que tenemos que subir en esa Noria cada día.