lunes, 27 de junio de 2011

La memoria del olvido


No se de donde escuche, o si así lo hice, o si me lo contó un trovador, o si me lo invento un sueño, pero se que se me hizo la idea en mi cabeza de que un recuerdo queda vivo en el olvido.
El olvido que es la memoria de un recuerdo perdido intentando volar de la mente para subirse a una nube y gritar que ya no esta contigo. Ese recuerdo que tanto teme salir a la calle y se acostumbra a encerrarse en el alma sumido en su más profundo rencor.

Y nos volvemos prácticos, perdemos huellas, soltamos botones, desanudamos heridas, escondiendo parte de nuestros días en la infinidad de nuestra alma, para que no vuelvan a salir, sin saber que es lo que mas necesitamos.

Y si el olvido esta lleno de memoria, ¿no será mejor recordar para olvidar?

Contando las historias que te cuento que un vez se cruzaron por mi camino, llorando los amores y los desamores, riendo los encuentros y los desencuentros, recordando la vida y vaciando la mente es como realmente llego a olvidarme de aquello. Sin escatimizar un sentimiento, tal cual como yo (y que no se olvide) lo viví.

Y si te contara amigo mío las miles de historias que ya dejan de ser mías y se convierten en leyendas porque quise olvidar a mi manera. Quise sacarlas de mi ser, no ahuyentándolas ya que las llevo como experiencia y de ahí me sirvo, sino expulsándolas para compartirlas contigo, conmigo, con cualquiera, y así, llegar por fin al equilibrio.


Federico González-2006

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