miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sentimiento aparte



Y ahí me encontraba, sentado en la misma silla que hace dos semanas viene dejándome el culo cuadrado, sentado en esa silla de madera que cantaba en su crujir con cualquier movimiento, aunque fuese mínimo. Miraba la pantalla del ordenador, única luz que invadía la penumbra de la habitación, y mientras escribía mi brazo derecho se dejaba caer en la mesa, que jugando a la pata coja, le hacía los coros a la silla.
Y ahí te encontraba, acostada en la cama meditando ya en el quinto sueño. La melodía de la madera ya no era un problema para tus oídos y ese sueño profundo no conseguía apagarse. Te veía dar vueltas en la cama y no podía imaginar que se sentía no haberte tenido tan cerca, no poder tenerte tan cerca. El pensamiento se apoderaba de mi y el recuerdo de haber llegado a esa conclusión ya no eran más que letras cruzadas, divagues de una memoria que escasea cada vez más en este nuevo mundo. Un nuevo sentimiento entró corriendo por la puerta que lleva hasta mi vulnerabilidad, y lo volví a sentir.


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